Jordi Muñoz es cofundador de 3DRobotics, el mayor fabricante de drones de uso civil de EE.UU.
Su vida no ha sido fácil, considerado un "ni-ni", rechazado varias veces para ingresar en la universidad ha pasado por multitud de trabajos poco cualificados.
Desde joven quiso hacer carrera en la industria aeroespacial, pero fue rechazado en varias ocasiones para ingresar en el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
De los 18 a los 20 años pasó por varios empleos, en un aeropuerto, un cibercafé y un grupo empresarial de las telecomunicaciones. Con 20 años montó su primer negocio, un puesto de mariscos en Tijuana, pero su padre lo criticaba, quería algo mejor para él y decidió que volviera a Ensenada con él.
Al poco tiempo su novia quedó embarazada, para no dar explicaciones a su padre decidió emigrar junto a ella a Estados Unidos. Por desgracia no encontraba trabajo y se metió de lleno a su pasión, la informática y la electrónica.
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| Foto: Facebook |
Aprendió por su cuenta sobre micro-controladores y
Arduino (un sistema modular de componentes electrónicos muy accesible y versátil). Entre tanto llegó a sus manos un pequeño helicóptero de radiocontrol, al que se dispuso a modificar su electrónica para auto-estabilizarlo. También se dio cuenta de que podía utilizar los acelerómetros del mando de la videoconsola Wii para sus proyectos (más barato que adquirirlos sueltos).
Buscando por internet encontró la comunidad de quadcopter y UAV llamada
DIY Drones, donde conoció a Chris Anderson, que era editor jefe de la revista de tecnología más influyente del mundo "Wired".
Entre tanto, Jordi consiguió trabajo en Suiza, contratado por una empresa en la que le dieron mucha formación además de una generosa remuneración. Estuvo un año allí, porque entonces fue cuando se decidió a emprender un negocio junto a Chris Anderson, al que aún no conocía en persona.
El objetivo de
3DRobotics era crear un avión autómata, estuvo trabajando un año para conseguirlo. Fue en 2009 cuando lo terminó y en mayo de ese año ya lo estaban comercializando.
Desde entonces la progresión de la empresa ha sido meteórica, hoy en día es la empresa de drones no militares más importante de EE.UU. En 2012 ampliaron capital por 5 millones de dólares y en 2015 han vuelto a inyectar 30 millones de dólares más para seguir creciendo y desarrollando productos. Incluso han dado el salto a China, donde ya producen parte de sus aparatos.
